Crítico D´Arte Académico Tiberino Caivano (Nápoli)
En el contexto internacional delas Bellas Artes, hemos podido notar que en los últimos 60 años, en las obra de los Artistas faltan unas válidas temáticas y unas interesantes propuestas, como también la fantasía y la creatividad necesarias. Hemos podido ver como los Artistas hayan solamente re-visitado “las obras de los MAESTROS SAGRADOS” del pasado. Del resto, si consideramos las múltiples pseudo-vanguardias que se suceden en los últimos decenios, podemos bien ver que no han dejado más que efímeras huellas detrás de ellos.
Desconcierto, desilusión en las obras de los Artistas que viven en la oscuridad más completa sin actuar en la propia búsqueda del camino en las Bellas Artes para poder expresar en sus composiciones las emociones, las ideas, las sensaciones, o bien la propia personalidad. También la crítica tuvo su parte de culpa, porque ha definido “emergentes” a unos personajes sin una considerable personalidad artística ni una adecuada preparación de base. Del resto, hemos ya olvidado sus nombres. A mi entender, esta premisa era oportuna y necesaria para evidenciar la personalidad y la excelente calidad de las obras del Artista Español José A. Fondevila (FONDEVILA).
Dotado de una extrema sensibilidad, con gran fuerza expresiva, nuestro pintor /escultor narra, cuenta, refleja y expresa a través de los colores de sus cuadros y de los materiales de sus esculturas, su originalidad, su fantasía, su imaginación. Debemos convenir que la inquietud que el transcurrir del tiempo transmite a todos nosotros, es bien evidenciada en cada composición del artista. La percepción del tiempo, la brevedad de la vida, la sensación de que cada cosa termina en el olvido en relación a la eternidad, ofrecen a FONDEVILA unos interesantes motivos para poder creas sus composiciones; en las cuales coexisten unos silencios hereditarios. Todo es energía y hay una vibración, como el pensamiento humano que mueve el Universo. Claramente también los pensamientos son esclavos de las emociones del individuo que es condicionado por el tiempo y el contexto social en que vive.
En plena libertad expresiva y con una original intuición, nuestro artista nos propone un arte fuertemente intrigante, personalísima, con un lenguaje coherente con la temática expuesta sobre el lienzo, siempre fluido y fácilmente comprensible. Debemos convenir que este lenguaje expresivo resulta atado al autor, sus preocupaciones interiores, sus propósitos, sus idealidades y que no puede ser encerrado en cualquier etiqueta, porque dinamiza su sensibilidad, su imaginación, sus pensamientos en el instante de la inspiración. En efecto, su pintura y su escultura cambian y evolucionan con el tiempo y las experiencias de lo cotidiano. Son llamadas de cosas secretas, son metáforas sin palabras, son una manera de crear un personal vocabulario cromático, confesiones y propósitos de raíz casi sobre real.
Me importa mucho subrayar que en el interior de esta ansiosa sensibilidad pictórica, la obra de FONDEVILA nos muestra a todos nosotros pruebas superiores de acción artística. A veces parece que sus representaciones, siempre plenas de su respiro de persona racional, sean particularmente ricas en motivos y acentos poéticos, penetradas por el perfume que hace asomar en superficie sensaciones y sueños en un mundo hecho de silencios que hablan. Debemos evidenciar que el color domina el carácter de sus obras, en el sentido que la distribución de las partículas cromáticas se hace flujo de un juego de emociones, de reflexiones y de pensamientos fantásticos que termina para transformar, y re-inventar el punto de partida de su inspiración. Me parece oportuno subrayar que en cada composición suya está presente una auténtica limpieza pictórica, con un dibujo basado sobre un estudio profundo, buen gusto y con gran profesionalidad. La suya es casi una orquestación sobre un plano verdaderamente cromático, con el cual nuestro pintor/escultor se entusiasma y alinea todas sus sensaciones a través de una especie de pánica conmoción, entre delicadas reflexiones tonales y ahondadas transparencias cromáticas que aparecen en las atmósferas pintadas, particularmente sugestivas.
Debo confesar que habría querido poder citar todas las bellísimas obras de FONDEVILA, más es prácticamente imposible y por esta razón, de aquellas citaré: “ENTRE O SÍMBOLO E O CONCEPTO” “PEL INVISIBLE DO TEMPO” “FRONTEIRA DO PRESENTE” “CARÁCTER CÍCLICO DA VIDA”, que en mi opinión, representan el testimonio más concreto de sus cualidades humanas. El carácter ascensional de sus esculturas, la estructura en la cual inter-funcionan diferentes materiales, la elegancia formal de cada obra, encierran y confirman la fenomenal capacidad de nuestro artista, de fantasía de imaginación, de plasmar, de forjar –a su agrado- y de modelar los materiales, también los más fríos y duros. El símbolo de la inexorabilidad del transcurrir del tiempo es válidamente expresado a través de los signos y códigos compositivos muy personales.
Su discurso sobre la brevedad de la vida respecto a la potencial laboriosidad y perspectiva del espíritu humano es muy elocuente, en el encerrar la fantasía, la creatividad en pequeñas estructuras materiales de abigarradas formas geométricas. En pintura, su paleta resulta muy movida, luminosa y variada, resonante, como exige la variedad de los conceptos expresados sobre la metamorfosis del tiempo presente y sobre la evolución de las estaciones con sus ciclos. FONDEVILA ha contado en el pasado con los elogios del público y de la crítica por su larga e interesante experiencia a nivel internacional y también por la continua búsqueda de nuevos modelos expresivos que muestren su poliédrica personalidad artística. No pienso ser desmentido al afirmar que en el futuro, la opinión de la crítica será todavía más favorable, porque su pintura es palpitante y no deja indiferente al espectador, como lamentablemente sucede delante de las obras de muchos artistas contemporáneos.
AD MELIORA!!!